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Mostrando las entradas de 2016

Navidad

Las gotas de la lluvia feroz, que se había desatado una hora antes, golpeaban en todo su cuerpo como si fuesen pequeños golpes, pero en infinitas repeticiones. Logró abrir la puerta de su casa con algo de dificultad, ya que la manija estaba resbaladiza. Una vez adentro, dejó los zapatos al lado de la entrada debajo de la percha donde colgó su piloto y después fue a buscar un papel para secar sus anteojos. Había sido un día muy agitado y él estaba muy cansado, así que se sentó a mirar una película. Ricardo, a quien también lo conocen como Papa Noel, era un ingeniero solitario que recién había ingresado a la década de los 70 años. Tenía una empresa donde trabajaba casi todo el día, pero en su tiempo libre le gustaba disfrazarse de Papa Noel para cumplirle el deseo a cualquier chico en los hospitales que pida conocerlo. Primero, él se sentaba en una silla, el nene se acercaba y se sentaba en sus piernas para comenzar a hablar. Le decía al nene que él no quería perderlo, ya que era su el...

Esperanza

Si tocás el timbre de mi casa y no me encontrás, yo ya voy a haber llegado a un lugar muy lejos de ahí luego de haber guardado mi vida en un bolso. No entraba toda, así que decidí guardar las cosas que yo no puedo lastimar. Por eso no traje a nadie conmigo. Por eso no te traje a vos: para no herirte. Si llamás a mi teléfono y no suena, ya va estar viajando por aguas oscuras y tristes en quien sabe qué mar, río u océano. Quizás ya está dentro del estómago de algún pez o está camuflandose entre las piedras del fondo del agua. Si vas a buscarme, quiero que sepas que no me vas a encontrar. El mundo es monumental e inmenso, como también la bondad y la maldad que podés encontrar. No importa qué fue lo que hice. Sólo quiero que sepas que fue lo correcto, que me voy a ir pero que siempre te voy a cuidar. Si estás leyendo este mensaje, significa que lograste ver, entre tus discos, el papel que dejé para que encuentres. No pude evitar irme sin antes darte un beso mientras dormías. Así que si ...

Miedo II

Miedo II  Dudo de que me hayas visto alguna vez en la facultad, porque nunca miraste hacia mi lado. Salías de tu clase pasando a una velocidad fugaz a mi lado, pero nunca me viste. Yo, solitario, esperando para entrar y, quién sabe, sentarme en tu mismo asiento. Vos, mientras yo buscaba un lugar, entrabas a tu clase de algo que nunca supe. Dudo de que me hayas visto en el bar, porque siempre est abas rodeada de tu grupo de amigos. Estabas ahí, en el medio de la mesa, llamando su atención. Las mujeres, por su lado, usaban tus apuntes de una prolijidad impoluta y de un parecido casi idéntico al arcoíris; los hombres, en cambio, querían sacarte charla para conocerte. Vos no sabías que, inocentemente, estabas escalando en el deseo de alguno de ellos. En consecuencia, con una sonrisa, vos seguías charlando pensando que querían saber qué pensabas. Por mi parte, yo me encontraba sumergido en hojas de líneas diminutas como una fila de hormigas yendo a su casa en el medio de un campo d...

Apocalipsis

Lloraba porque había tomado conciencia de que no hablaría con nadie más. Su única solución era hablar con él mismo por algunos días más hasta que su vida se acoplase con las personas que supieron existir. Ya no leería libros nuevos, escucharía las mismas canciones y vería las mismas películas una y otra vez. Lloraba porque ya no sentiría el tacto de una persona para sentirse vivo. Su única forma de saber  que vivía era esa. Ahora, está desvanecida en el tiempo y no tiene ninguna otra posibilidad más. Ahora, era únicamente él y el mundo. Los restos de una sociedad sufrida construida sobre ladrillos de maldad, desigualdad y violencia era lo único que podía ver. Lloraba porque nunca había llorado. En una sociedad donde éste acto no entraba en lo que se consideraba “masculinidad”, encuadraba en lo femenino. Él nunca se animó a llorar porque eso significaba que, fingiendo fortaleza, era hombre. Esta idea, tan cuadrada y retrógrada, reinaba en la sociedad y él, inocentemente, la ac...

Lluvia

Las noches de lluvias son para aprovechar. Al menos, en mi caso, me gusta poner música clásica y empezar a escribir, teniendo una taza de café recién hecho a mi lado. La pluma se desliza despacio por la hoja, formando estas palabras que intentan tomar un sentido. Mientras tanto, las gotas golpean con una intensidad salvaje contra la ventana de mi casa, acompañadas de un viento capaz de devastar ciudades enteras. La lluvia es agua y, como tal, limpia cada lugar por donde pasa. Limpia las veredas, las paredes, el pavimento y toda la ciudad. Cuando termina, se puede respirar a la naturaleza en su máxima expresión: hojas mojadas, la humedad, la limpieza que ya pasó. Eso es: la lluvia puede ayudarme. De la misma forma que hace con la ciudad, puede limpiarme a mí. No, no físicamente. No sé si tiene ésta capacidad, pero si yo me llegara a poner bajo la lluvia, con los ojos cerrados, mirando hacia arriba, quizás puede limpiar todo dentro mío. Si cerrara los ojos, ¿cómo sé que es lluvia...

Carta de regreso

Julieta, ¿Cómo estás? Te escribo para decirte que recién llegué de mis vacaciones por Europa. Fui para distintos países; desde Suiza hasta Grecia. Yo creo que son paisajes ideales para vos, te vas a enamorar. Recorrer Venecia descalzo comiendo una fruta fue una de las grandes cosas que hice en este viaje. Creéme, la desconexión con el mundo es total. Tocar la guitarra con la Torre Eiffel dominando tu vista es algo glorioso, irrepetible. La primera vez no va a ser igual a la segunda; te va a generar sensaciones muy especiales. Pido tus disculpas porque no te envío fotos de mi expedición. Decidí no llevar la cámara y fotografiar cada rincón con mi retina. Lo que puedo recomendarte es que viajes si podés y que disfrutes del mundo a través de tus ojos y no de alguna lente o cierto tipo de filtro.  Sentir la naturaleza y admirar la arquitectura te va a hacer sentirte viva. Espero que vos estés bien y quiero escuchar de vos pronto, Franco 

El poder de las palabras

Cada vez que él escribía, nadie lo molestaba. Con música a medio volumen, en la soledad de su habitación él se encerraba cada vez que él escribía. No necesitaba de otra cosa más que un papel, una lapicera gris y algo para decir. Cada trazo que daba era una herida en otra persona. Él la lastimaba, pero esa persona no lo notaba. Cada trazo que daba, su corazón le dolía, pero aun así él seguía. No sólo podía herir; también podía inmortalizar. Podía revivir a las personas. Cada trazo que daba, a veces, era una caricia a su alma. En estos momentos, se encontraba en un mundo totalmente distinto. No estaba solo había más personas como él escribiendo. No podían hablarse, sólo a través de la escritura podían comunicarse. Un día, mientras él se encontraba escribiendo, comenzó a sentir dolor. Estaba ubicado en su corazón, pero no por cada trazo que daba. Sintió una sensación fría, punzante, pero suave a la vez; notaba cómo se movía por su cuerpo. Así que, entonces, decidió levantarse...

MAI - Muestra de Arte Independiente

Quería anunciar por este medio que nuestro cuento inédito, "La Vida", ha sido uno de los dos ganadores del III Concurso de la MAI. Quería agradecerles por el reconocimiento y decir que es un placer que movilicen artistas independientes, dándoles un escenario para actuar y un micrófono para hablar, además de gente que los escuche. La felicidad es más grande que mi cuerpo. Esto recién comienza.

De dinosaurios y pinos

Ella estaba, con su hermanita menor, jugando en la playa. Carolina era la más grande y Sofía, la más chica. Les gustaba ese lugar, especialmente la orilla: la caricia del agua en sus tobillos les daba cosquillas y las hacía sentir vivas. Ya se habían aburrido de jugar en el jardín de su casa. Los juegos de mesa ya habían perdido su originalidad, los libros habían sido releídos infinitas veces: ya se habían cansado de acompañar a Alicia en su país de maravillas, sabían de memoria cómo abrir la cámara de los secretos y fueron espectadoras de lujo de la lucha del viejo contra los tiburones en el mar. Sin nada más que hacer en su casa, decidieron descubrir la arena. Ahí estaban ellas, disfrutando del sol. Por cada hora que pasaban ahí, a Carolina se le aclaraba el pelo. Sofía, mientras tanto, no tenía noción del tiempo; su concentración estaba puesta en el balde que colgaba de sus dedos. Ahí ponía arena, caracoles y piedras. Pero para ella, iba recolectando tierra, perlas y animales. ...

Desde el punto de vista del árbol

¡Si supieses la vida que llevan los hombres! No conocen lo que es frenar un segundo. Constante nerviosismo bajo la excusa de la vida moderna. Caminan a través de campos minados; no saben dónde están seguros y qué lugares evitar. ¡Hasta cortan mis ramas para que la luz ilumine su seguridad! No entiendo, ¿no saben que en mis brazos se apoyan los pájaros para cantar?  No entiendo, ¿no saben que de mis ramas salen las flores más bellas? Sumergidos en un apuro eterno, no saben lo que es detenerse a observar. Almuerzan entre cuatro paredes en vez de refugiarse bajo mi sombra. Nunca pensaron que las estrellas pueden ser las mantas más hermosas ni que las hojas son las sábanas más lindas. Es una lástima, nosotros podemos despertar en ellos sensaciones que jamás sintieron en su vida. ¡Si supieses la vida que llevan los hombres!

Cumpleaños

Tarde lluviosa del mes de agosto y ella en su habitación estaba terminando con de envolver algo. Era el regalo para su novio; era su cumpleaños número diez. Así que, con mucho amor, le estaba preparando una sorpresa. Su habitación era algo curiosa porque había cosas que no suelen ser los objetos que uno puede encontrar al incursionar en la habitación de una persona de su edad. En una pared, clavada con tornillos, había una tabla periódica inmensa; se podía apreciar cada elemento en su totalidad. En una de las adyacentes había unos estantes por arriba de un escritorio lleno de hojas donde ella estaba finalizando con su pequeña obra y una ventana que la ayudaba a respirar bien, pero le ponía en riesgo sus cosas cada vez que había una ráfaga fuerte de viento. Opuestamente se encontraba su cama.  Al levantarse de la silla, torpemente tiró el paquete por la ventana. Cayó sobre un árbol, apoyándose sobre un colchón de ramas y hojas a una altura inalcanzable. Intentó recuperarlo por todos...

Noticia

Quería tomarme unas líneas para comentarle que hay un relato, aún no publicado, que fue seleccionado por la Muestra de Arte Independiente (que tendrá lugar el 18/9 por la tarde) como finalista en su concurso de cuentos. Ese día anunciarán a los ganadores. Estas historias no son escritas con el objetivo de ser reconocidas. Pero, también, es cierto que éste es un experimento y, posiblemente, este tipo de ocasiones son resultados posibles que pueden volver a tener lugar.  Mientras tanto, a esperar.

El Príncipe Feliz

Imagen
"No es a Egipto donde estoy yendo" dijo la Golondrina. "Estoy yendo a la Casa de la Muerte. Muerte es el hermano de Sueño, o no?"

Microrrelato I

Cuando el semáforo se puso verde, él se paró en el medio de la calle, abrió los brazos, cerró los ojos y esperó el rojo.

El guardián entre el centeno

(…) “Antes yo era tan tonto que la consideraba inteligente porque sabía bastante de literatura y de teatro, y cuando alguien sabe de esas cosas cuesta mucho trabajo llegar a averiguar si es estúpido o no. En el caso de Sally me llevó años enteros darme cuenta de que lo era. Creo que lo hubiera sabido mucho antes si no hubiéramos pasado tanto tiempo besándonos y metiéndonos mano.” Qué fragmento tan interesante para pensar en lo importante que  es saber qué piensa  una persona si es que hay un interés en ella y que la atracción física queda en un segundo plano.

El superhéroe

Yo tenía superpoderes, como si fuera un superhéroe. Por ejemplo, me anticipaba a lo que iba a ocurrir: un día, mientras estaba con mi auto por la autopista, vi que mi camioneta iba a prenderse fuego conmigo adentro. Así que, para salvarme, frené y me tiré hacia afuera; segundos después, mi auto estalló en llamas. Acto seguido, me fui caminando hacia casa.  Mientras caminaba por las veredas, miraba hacia los maniquíes y los saludaba. Éstos me respondían hablándome, dándome palabras de aliento. De a ratos, me paraba frente a una vidriera y charlaba con un hombre que vestía un sombrero algo polémico, pero bastante moderno. Algún otro día, el hombre podía cambiar su sombrero por un pantalón ajustado de color naranja. Las personas que pasaban por detrás mío me miraban como si estuviera loco, pero para mí era pura envidia: nadie podía hablar con los maniquíes, nadie podía anticiparse al futuro como yo lo hacía. Estos poderes podían salvarme la vida, pero también tenía su lado ne...

Momentos

¿Alguna vez pensaron que el ser humano es la sumatoria de momentos?  O, mejor dicho, el ser humano es cada momento que atraviesa. Pero no me refiero a períodos de tiempo similares a los instantes; eso sería de una duración muy breve. Estoy hablando de meses o años. Para hacer más clara la idea, procedo a ejemplificar el pensamiento. Hablemos acerca de una persona extrovertida que, durante su época del secundario, estudiaba lo justo y necesario. Se concentraba en la vida social: jugar en un club y salir todos los sábados por la noche. No pensaba en qué iba a ser de él cuando llegara a la facultad, no sabía qué iba a estudiar. Hasta que terminó el secundario. Al año siguiente, el chico no pudo evitar su caída. O bien, necesitaba encontrar un rumbo. Entonces decidió ir a un curso de orientación vocacional, comenzó a trabajar, después a estudiar, y a salir los sábados igualmente. Pero, no tanto como lo solía hacer. Sus amigos del colegio vivían ocupados y quienes eran sus ...

El renacimiento

Ocupaban una fila de siete asientos. Cada uno estaba haciendo algo diferente, pero tenían en común la misma mirada mientras esperaban que los hagan pasar a la habitación. Un familiar había sufrido un infarto, ese era el asunto que los tenía angustiados. Si bien sabían que iba a recuperarse, no se sentían cómodos ahí. Entraban personas con familiares peores que ellos: desde una señora en silla de ruedas con convulsiones previas hasta pequeños con aspectos dolorosos al alma. Pe ro también estaba el lado alegre: gente recuperada, saliendo del hospital buscando aprovechar su segunda vida. Si bien dicen que el hospital es hacia dónde va la gente para recuperarse, yo no lo veo así ni tampoco ellos. Es imposible no entristecerse, no compadecerse con las demás personas ahí dentro. Finalmente lograron entrar y lo vieron acostado, sedado pero estable. Charlaron un rato con los enfermeros; estaba todo bien. Así que se quedaron, vigilándolo y protegiéndolo en sus sueños y a su lado. Mientras c...

Ante todo, juntos

                                                                                                                                                    Para mis viejos Ventanillas bajas y un tango sonando a los cuatro vientos, ellos estaban en el auto disfrutando de un viaje hacia otra provincia. Ella le daba indicaciones erróneas apoyándose en un falso sentido de ubicación, algo gracioso, pero a su vez molesto para él, que iba manejando. Así que él iba cantando por encima de la grabación, sin darle atención a su mujer. Le quedaban cuatro horas de viaje, pero ellos iban sonriendo desde que sacaron el auto del estacionami...

Frédéric y Fantine

                                                                                                                                                 Para Mica y Rodri Con gloria, Frédéric saludó al público de la forma tradicional, junto a su grupo. Los sonidos de los aplausos llenaban el teatro, generando una marea que revolvía el interior de cada persona ahí dentro. Así que se bajó, desconectó su bajo y fue a buscarla. No necesitó correr, ya que ella la estaba esperando en el pie de las escaleras que usaban para bajar del escenario. Fantine lo abrazó tan fuerte como podía y él se dejó llevar. Ella tenía ojos marrones, ahora algo...

La importancia de tener cultura general

Para hacer más explícitos mis pensamientos, esto se va a tratar de una reflexión. Voy a hacerme a un lado de los relatos; remito a defender la importancia de la cultura general. La cultura general es algo vital para el hombre. Si bien el concepto “general” es inmensurablemente amplio, hoy en día creo que es, de alguna forma, alcanzable (aunque no en su totalidad, por supuesto). Esto difiere de generaciones pasadas, donde no contaban con las mismas herramientas que la actualidad. El conocimiento, para nuestra temática no es suficiente; siempre se aprende algo nuevo. En ésta época, el conocimiento es accesible para la mayoría de las personas. Sólo con tocar dos botones uno ya puede leer acerca de qué está ocurriendo en ese momento en el otro extremo del mundo, o algo que pasó hace mil años. Esto, hace 50 años, era dificultoso y hace 150, imposible. Estamos en un momento donde la información cubre al mundo. Las siguientes preguntas son sólo algunas de los infinitos porqués de la i...

Entre incendios y vidas perdidas

Es de día, pero el cielo ya había tomado el color fuego de las explosiones. El humo ya se había adueñado de la ciudad; el sonido de las balas y los gritos desesperados habían reemplazado a los cantos de los pájaros. Los pájaros se habían transformado en pequeñas aves mecánicas controladas a distancia que disparaban desde el aire. Las calles se habían teñido de rojo en un par de horas, la gente corría desesperada por la calle. Habían perdido ya el poder de decisión sobre su vi da: estaban siendo aniquilados sin sentimientos. Así que mientras la vida permaneciese dentro de su cuerpo, ellos iban a correr hacia donde sea, pero lejos de la muerte. Con un megáfono, ellos alertaban que habían llegado para quedarse y poder restaurar la democracia. También comunicaban que esa situación no era la única en el mundo: era simultáneo en diferentes países. En algún territorio europeo, estaban matando a personas dentro de un teatro. En otro, una persona había atropellado a más de cien personas con...

El campeón del mundo

Con un globo rojo inflado con helio como bandera, el nene corría solo entre los arbustos del parque a unas pocas cuadras de su casa. Iba para un lado, volvía, gritaba, sonreía y gritaba una vez más; así se divertía él. No necesitaba de otra cosa. Él disfrutaba de alzar la vista e imaginar que con ese globo estaba volando y podía sentir el cielo con sus manos. Otro día, él era el campeón mundial de volar globos por mayor cantidad de tiempo. Cada vez que el mundo obsequiaba una  noche estrellada para ser admirada, él se encontraba manejando una nave espacial a su placer. Iba para un lado, volvía, gritaba, sonreía y gritaba una vez más; así se divertía él. Instintivamente, algo en él le decía que su globo no iba a poder volar por siempre: cuando llovía, por ejemplo, tenía que regresar a su casa porque tenía miedo de que se le pinchara. Al estar inflado con helio, le alcanzaba al nene con tan solo soltarlo dentro de su habitación, ya que cuando el globo llegaba al techo, la soga pa...

Johann, el ruiseñor

Es de madrugada, acabo de levantarme de una manera abrupta y con mi cuerpo temblando. Recién conocí a un chico llamado Johann. No sé en qué lugar; yo tenía la capacidad de estar caminando por las calles de Berlín y, al doblar en la esquina, estar navegando por los canales de Venecia cuando yo quisiera. Pero creo que esta historia tuvo lugar en Milán porque recuerdo haber visto una catedral de estilo gótico muy similar a la que existe. Habiendo hecho esta aclaración, remito a contar la historia porque no quiero olvidármela. Una vez escrita, me retiraré a mi cama por lo que queda de la noche. Nunca tuve la posibilidad de establecer diálogo con el chico, pero yo estaba ahí viéndolo siempre. Tenía 12 años, le gustaba tocar el piano y actuar. Subirse al escenario era algo que amaba con todo su ser. También, los días de lluvia él no usaba paraguas porque no le tenía miedo, sino todo lo contrario: prefería ir bailando debajo de ella para sentirse vivo. Además, estaba enamorado de una chica...

Mitosis de los sentidos

Él era una persona muy introvertida. No hablaba con sus compañeros de colegio; sólo tenía diálogo con un par de privilegiados con los que compartía escasas palabras durante un minuto del recreo. Pero él era feliz pasando tiempo así: sin charlar con quienes tenía alrededor. Al llegar a su casa, él se encerraba en su habitación a oscuras solamente habiendo saludado a sus padres con un "Hola" tan lejano y silencioso que en menos de un segundo se desvaneció como un copo de nieve  en el océano. Su próximo paso era prender su equipo de música, poner su disco preferido de Coldplay con el volumen bajo y así ambientar sus maratónicas sesiones de juego con la computadora, su única diversión. Y esta era su forma de aprovechar, al menos para él, sus días. Si uno miraba por la ventana de ésta habitación, podía ver un parque tan florido como un jardín que sólo se encuentran en los sueños de la persona más sinestésica. Ahí se encontraban muchas personas haciendo diversas cosas: desde ...

Incendio a la personalidad

Abro los ojos, no encuentro diferencia alguna entre lo que veía antes a lo que veo ahora. Sigue todo igual de oscuro, como si la noche hubiera llegado para quedarse. No puedo mantenerme en pie, cada vez que intento pararme me vuelvo a caer sobre mi espalda. Estoy aturdido, pero no sé por qué. Después de unos minutos logro recuperar la posición vertical, y decido ponerme a caminar mientras mis manos sienten todo mi cuerpo. La remera tiene una manga quemada, en el abdomen teng o algunos cortes superficiales y sangre ya seca. Llevo mis manos hacia mi nariz, un olor a combustible intenso me ataca como si fuera una marea de sensaciones en plena ciudad. Estoy aturdido, pero no sé por qué. Miro a mi alrededor del jardín de mi casa, no hay gente en la calle. Al parecer, la ciudad se tomó un descanso y sólo permanecían prendidas las luces de la calle. A medida que camino en círculos, siento pasto quemado rozando mis pies. O, en algunas partes, ni siquiera hay. ¿Se supone que soy esto? Tod...

Cuestionamiento a los espejos

Prendo la luz del baño, me acomodo frente al espejo y ahí estoy. Recién despierto, lo único que veo es miedo y timidez. La luz parece evitar el contorno de mi cara, como si cada rayo se reflejara alrededor pero nunca sobre ella, generando así una sombra algo tenebrosa. Miro fijo a aquella imagen reflejada; debería ser mi misma cara, pero estoy en presencia de algo más profundo. Me veo solo, construyendo un puente con mortales ladrillos a través de un enorme río. Quiero llegar  al otro lado, donde estás vos. Pero te veo mirando al cielo, intentando llamar a las nubes más oscuras, a la tormenta más intensa para que cayera dentro de poco tiempo si es que sigo tardando más en esta construcción. Es verdad, estoy yendo muy lento. Pero te veo mirandome a los ojos con tus dos cristales azules que, mientras oscurecés el día, van tomando un tono más grisáceo. Y ahí es cuando mi miedo se manifiesta; si este puente se llegara a derrumbar, voy a sumergirme en olas violentas, del color de tus...

Metamorfosis de la mariposa

En el amanecer de un día más grande que ella, se encontraba prisionera. No podía moverse más allá de la fina capa de un hilo producido por ella misma que la envolvía en su totalidad. Se habían convertido en una misma cosa; si ella quería moverse hacia la derecha, se balanceaba junto a su cubierta protectora. En el amanecer de un día más verdadero y brillante que cualquier otro, los árboles comenzaron a anticipar su llegada al mundo saludando con sus brazos a la pequeña habit ación de muy pocos centímetros que alojaba a una pequeña habitante del mundo. Se movía al ritmo del canto de los pájaros que estaban al lado de ella, como si estuvieran custodiándola, para que no sufriera y pudiera salir al mundo aunque sea sólo por un día. Lentamente, sin arruinar su triunfal arribo a la naturaleza, ella salió. Logró romper su protección que le había permitido realizar su metamorfosis sin problemas. Ella voló, sin saber que sólo duraba un día su actividad. Ella voló, sin miedo alguno, en direcc...