Cumpleaños
Tarde lluviosa del mes de agosto y ella en su habitación estaba terminando con de envolver algo. Era el regalo para su novio; era su cumpleaños número diez. Así que, con mucho amor, le estaba preparando una sorpresa. Su habitación era algo curiosa porque había cosas que no suelen ser los objetos que uno puede encontrar al incursionar en la habitación de una persona de su edad. En una pared, clavada con tornillos, había una tabla periódica inmensa; se podía apreciar cada elemento en su totalidad. En una de las adyacentes había unos estantes por arriba de un escritorio lleno de hojas donde ella estaba finalizando con su pequeña obra y una ventana que la ayudaba a respirar bien, pero le ponía en riesgo sus cosas cada vez que había una ráfaga fuerte de viento. Opuestamente se encontraba su cama. Al levantarse de la silla, torpemente tiró el paquete por la ventana. Cayó sobre un árbol, apoyándose sobre un colchón de ramas y hojas a una altura inalcanzable. Intentó recuperarlo por todos...