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Mostrando las entradas de agosto, 2016

Cumpleaños

Tarde lluviosa del mes de agosto y ella en su habitación estaba terminando con de envolver algo. Era el regalo para su novio; era su cumpleaños número diez. Así que, con mucho amor, le estaba preparando una sorpresa. Su habitación era algo curiosa porque había cosas que no suelen ser los objetos que uno puede encontrar al incursionar en la habitación de una persona de su edad. En una pared, clavada con tornillos, había una tabla periódica inmensa; se podía apreciar cada elemento en su totalidad. En una de las adyacentes había unos estantes por arriba de un escritorio lleno de hojas donde ella estaba finalizando con su pequeña obra y una ventana que la ayudaba a respirar bien, pero le ponía en riesgo sus cosas cada vez que había una ráfaga fuerte de viento. Opuestamente se encontraba su cama.  Al levantarse de la silla, torpemente tiró el paquete por la ventana. Cayó sobre un árbol, apoyándose sobre un colchón de ramas y hojas a una altura inalcanzable. Intentó recuperarlo por todos...

Noticia

Quería tomarme unas líneas para comentarle que hay un relato, aún no publicado, que fue seleccionado por la Muestra de Arte Independiente (que tendrá lugar el 18/9 por la tarde) como finalista en su concurso de cuentos. Ese día anunciarán a los ganadores. Estas historias no son escritas con el objetivo de ser reconocidas. Pero, también, es cierto que éste es un experimento y, posiblemente, este tipo de ocasiones son resultados posibles que pueden volver a tener lugar.  Mientras tanto, a esperar.

El Príncipe Feliz

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"No es a Egipto donde estoy yendo" dijo la Golondrina. "Estoy yendo a la Casa de la Muerte. Muerte es el hermano de Sueño, o no?"

Microrrelato I

Cuando el semáforo se puso verde, él se paró en el medio de la calle, abrió los brazos, cerró los ojos y esperó el rojo.

El guardián entre el centeno

(…) “Antes yo era tan tonto que la consideraba inteligente porque sabía bastante de literatura y de teatro, y cuando alguien sabe de esas cosas cuesta mucho trabajo llegar a averiguar si es estúpido o no. En el caso de Sally me llevó años enteros darme cuenta de que lo era. Creo que lo hubiera sabido mucho antes si no hubiéramos pasado tanto tiempo besándonos y metiéndonos mano.” Qué fragmento tan interesante para pensar en lo importante que  es saber qué piensa  una persona si es que hay un interés en ella y que la atracción física queda en un segundo plano.

El superhéroe

Yo tenía superpoderes, como si fuera un superhéroe. Por ejemplo, me anticipaba a lo que iba a ocurrir: un día, mientras estaba con mi auto por la autopista, vi que mi camioneta iba a prenderse fuego conmigo adentro. Así que, para salvarme, frené y me tiré hacia afuera; segundos después, mi auto estalló en llamas. Acto seguido, me fui caminando hacia casa.  Mientras caminaba por las veredas, miraba hacia los maniquíes y los saludaba. Éstos me respondían hablándome, dándome palabras de aliento. De a ratos, me paraba frente a una vidriera y charlaba con un hombre que vestía un sombrero algo polémico, pero bastante moderno. Algún otro día, el hombre podía cambiar su sombrero por un pantalón ajustado de color naranja. Las personas que pasaban por detrás mío me miraban como si estuviera loco, pero para mí era pura envidia: nadie podía hablar con los maniquíes, nadie podía anticiparse al futuro como yo lo hacía. Estos poderes podían salvarme la vida, pero también tenía su lado ne...

Momentos

¿Alguna vez pensaron que el ser humano es la sumatoria de momentos?  O, mejor dicho, el ser humano es cada momento que atraviesa. Pero no me refiero a períodos de tiempo similares a los instantes; eso sería de una duración muy breve. Estoy hablando de meses o años. Para hacer más clara la idea, procedo a ejemplificar el pensamiento. Hablemos acerca de una persona extrovertida que, durante su época del secundario, estudiaba lo justo y necesario. Se concentraba en la vida social: jugar en un club y salir todos los sábados por la noche. No pensaba en qué iba a ser de él cuando llegara a la facultad, no sabía qué iba a estudiar. Hasta que terminó el secundario. Al año siguiente, el chico no pudo evitar su caída. O bien, necesitaba encontrar un rumbo. Entonces decidió ir a un curso de orientación vocacional, comenzó a trabajar, después a estudiar, y a salir los sábados igualmente. Pero, no tanto como lo solía hacer. Sus amigos del colegio vivían ocupados y quienes eran sus ...

El renacimiento

Ocupaban una fila de siete asientos. Cada uno estaba haciendo algo diferente, pero tenían en común la misma mirada mientras esperaban que los hagan pasar a la habitación. Un familiar había sufrido un infarto, ese era el asunto que los tenía angustiados. Si bien sabían que iba a recuperarse, no se sentían cómodos ahí. Entraban personas con familiares peores que ellos: desde una señora en silla de ruedas con convulsiones previas hasta pequeños con aspectos dolorosos al alma. Pe ro también estaba el lado alegre: gente recuperada, saliendo del hospital buscando aprovechar su segunda vida. Si bien dicen que el hospital es hacia dónde va la gente para recuperarse, yo no lo veo así ni tampoco ellos. Es imposible no entristecerse, no compadecerse con las demás personas ahí dentro. Finalmente lograron entrar y lo vieron acostado, sedado pero estable. Charlaron un rato con los enfermeros; estaba todo bien. Así que se quedaron, vigilándolo y protegiéndolo en sus sueños y a su lado. Mientras c...