Apocalipsis
Lloraba porque había tomado conciencia de que no hablaría con nadie más. Su única solución era hablar con él mismo por algunos días más hasta que su vida se acoplase con las personas que supieron existir. Ya no leería libros nuevos, escucharía las mismas canciones y vería las mismas películas una y otra vez. Lloraba porque ya no sentiría el tacto de una persona para sentirse vivo. Su única forma de saber que vivía era esa. Ahora, está desvanecida en el tiempo y no tiene ninguna otra posibilidad más. Ahora, era únicamente él y el mundo. Los restos de una sociedad sufrida construida sobre ladrillos de maldad, desigualdad y violencia era lo único que podía ver. Lloraba porque nunca había llorado. En una sociedad donde éste acto no entraba en lo que se consideraba “masculinidad”, encuadraba en lo femenino. Él nunca se animó a llorar porque eso significaba que, fingiendo fortaleza, era hombre. Esta idea, tan cuadrada y retrógrada, reinaba en la sociedad y él, inocentemente, la ac...