2017: un viaje submarino
Hasta hace unos meses, Lucía T. (voy a reservar su identidad ya que no encuentro sentido en revelar quién es) estaba entre nosotros. Todo cambió cuando emprendió su viaje en un submarino casero. Como encuentro su historia muy interesante, voy a contárselas en unos breves párrafos. Lucía T. estaba cansada del mundo. Su trabajo la aburría, salía a los mismos lugares y su rutina era constante. Su familia la agotaba, ya que tenían una relación insoportable: sus hijos le pedían la Luna y su esposo le discutía hasta por qué se ponía tal blusa o tal pollera para ir a trabajar. Un día, ella se encerró en su estudio con varios libros que le diesen la ayuda necesaria para construir un submarino, ya que siempre soñó con tener uno propio. Necesitó de tiempo, paciencia y voluntad. Eran tales las ganas que tenía de irse, que ni bien tuvo la posibilidad, empezó a trabajar. Así que, los meses siguientes, fueron como si Lucía no viviese allí, ya que sólo se hacía presente para comer. Cada noche,...